miércoles, 26 de junio de 2013


Ya llega la segunda temporada de 
EL BALCÓN
de Jean Genet.

  A partir del Sábado 6 de JULIO, todos los Sábados a las 
21:30 Hs

Paraje Artesón (Palestina 919).

  Los esperamos!

jueves, 16 de mayo de 2013

Volvemos en Julio!!!



En Julio volvemos con "El Balcón" de Jean Genet en Paraje Artesón a las 21:30 hs. Una nueva temporada totalmente renovada.
Nos estamos preparando...

lunes, 27 de agosto de 2012

Promociones Septiembre!




Entrada gral.: $ 60.00 /
Jubilidados y estudiantes con acreditación: $ 45.00
PROMOCIÓN SEPTIEMBRE!: 2 x $ 80.00! 
Reservá tus entradas con descuento a través de nuestro Facebook "Balcón Genet" o enviando un mail a nuestra casilla ciateatralquintopisoreservas@yahoo.com.ar

¡¡Los Esperamos!!

Sábados 23:00 hs. 
La Tertulia – Gallo 826 C.A.B.A.

martes, 14 de agosto de 2012

El Balcón X Quinto Piso






Obra: “El Balcón”

Autor: Jean Genet


En una localidad de Francia, en la que una revolución contra la Reina parece inminente, Irma regentea “El Gran Balcón”, casa de citas y de ilusiones. Allí los clientes satisfacen mediante un juego de representaciones, sus deseos de convertirse, aunque sólo sea por unas horas, en un otro poderoso.

Pero la rebelión parece haber destronado a la Reina. El Balcón lo atestigua. El régimen, tal como se conoce, parece caer. El poder se crea, se recrea, se escurre y les permite a los asiduos al burdel ser figura, emular al aparato social establecido.



Esta pieza continúa la línea de trabajo de la Cía. Teatral Quinto Piso, caracterizada por llevar a escena materiales que analizan la relación del hombre con la sociedad contemporánea.


Espectáculos anteriores:

“Los Justos” de Albert Camus, año 2011.
“De cómo el Sr. Mockinpott consiguió liberarse de sus padecimientos” de Peter Weiss, año 2009/10.
“Calígula” de Albert Camus, año 2007/08
“Los Siete Locos” de Roberto Arlt, año 2004/05


Cía. Teatral Quinto Piso
Ficha Técnica

Elenco:
Andres Ruíz, Federico Roldán, Malena Colombo, Esteban Ciulla, Lucía Mariani, Marcelo Gamarra, Kairiana Nuñez, Octavio Bolomo, Fabián Caló, Silvina Jontef, Ernesto Ocampo, Guillermo Sitler.
Concepción original de escenografía: Daniel Godoy, Hernán Luna.
Asesoramiento escenográfico: Enrique Ubertone
Realización de escenografía: Enrique Ubertone – Cía. Teatral Quinto Piso
Diseño de Iluminación: Víctor Olivera
Vestuario: Daniel Godoy, Hernán Luna.
Música original: Leandro Bisogno.
Diseño gráfico: Paola Braile.
Maquillaje y caracterización: Lorena Cataldi
Fotografía: Sebastián Parodi
Asistencia de Dirección: Hernán Luna.
Dirección General: Daniel Godoy

Duración: 95 minutos.
Funciones: sábado 23:00 hs.
Precio entrada: $ 60.00 /
Precio: Jubilidados y estudiantes con acreditación: $ 45.00
Sala: La Tertulia – Gallo 826 C.A.B.A.
Tel: 4-865-0303

Fotografía por Sebastián Parodi




Jean Genet y su laberinto de espejos

En esta pieza el autor francés pone el acento en la construcción y arbitrariedad de los roles de poder. Pero no en un círculo íntimo y vincular como lo demostró por ejemplo en su obra más conocida, “Las Criadas”, sino en una estructura mucho mayor: a nivel social.
Para ello se vale de un burdel, una casa de ilusiones, donde las fantasías y deseos, se satisfacen a través de representaciones. Allí, los clientes solicitan ser y/o cumplir en las sesiones un rol social de importancia. Dicha importancia, se encuentra cristalizada en un rol donde se ejerce el poder, es así como un obispo, juez y general, representantes de las instituciones que conforman un régimen, serán las figuras que veremos construirse.
Si para Genet el teatro siempre es un ritual, donde lo real y ficticio se encuentran difusos, es en esta producción se pueden ver ampliados y diversificados sus procedimientos.  El material desarrolla, al menos tres tesis:
La primera, vinculada al deseo de representar roles de poder, es decir, al burdel asisten personas “comunes” y “anónimas”, cuyas vidas pasan a nivel social desapercibidas, pero que cobran relevancia, solo por unas horas claro está, al constituirse en figuras reconocibles y con poder. Es aquí donde se criticará de una forma ácida y contundente el ejercicio del mismo. Si tomamos por ejemplo al personaje de El Juez, se podrá observar como el ejercicio de la justicia no deja de ser un capricho establecido, aplicado por una serie de convenciones,  procedimientos y fundamentaciones que no dejan de ser arbitrarios y guiados por una falsa moral.
La segunda tesis que se despliega plantea la necesidad que tiene un grupo o comunidad de construir una figura que la lidere e identifique. Esto se desarrolla en la obra a través de la rebelión que hace peligrar al régimen establecido y en un plano más pequeño, hace peligrar al propio burdel. Es Chantal, una antigua meretriz del prostíbulo, quien será convertida en líder y más tarde, mártir de los rebeldes. Aquí, se cuestiona la necesidad primaria y ancestral de identificación con una figura popular que luego será convertida en mito.
La tercera y última tesis, pone de manifiesto que para la construcción del poder no basta el deseo personal, (primera tesis), o la necesidad de terceros, (segunda tesis), sino que es fundamental una mirada externa que la reconozca y le confiera entidad. Es por ello, que el personaje El Jefe de Policía se encuentra obsesionado con que su imagen forme parte de las representaciones que se realizan dentro del burdel. El ejercicio de sus funciones, sin esto último, lo colocan en un lugar incompleto.
Es así como, las figuras de El Obispo, El Juez, El General, La Reina, El Héroe (Jefe de Policía) y Chantal (que luego será derribada por un disparo), asomadas al balcón del burdel, dan cuenta de la solidez del régimen y la sofocación de la rebelión. Es en este cuadro que funciona como síntesis y paradigma de todo el material, donde se cruzan las tres tesis.
Como se mencionó anteriormente, los límites entre la ficción y lo real siempre se encuentran difusos, de esta manera la obra se secuencia en una serie infinita de representaciones, donde el concepto de verdad aparece siempre en cuestionado. Si todos representan diferentes papeles… ¿la rebelión es tan exitosa como se cree?, ¿la reina es derrocada y su palacio destruido? ¿Las figuras en el balcón aseguran la continuidad del régimen? o ¿facilitan la apertura de uno nuevo?... nada es seguro, pero sí todo es posible.  Por tal motivo, los espejos de Genet, donde las imágenes no reflejan la realidad, se multiplican siempre de una forma laberíntica, hasta el infinito.


Daniel Godoy

Acerca de nuestra puesta de El Balcón

Concepción general

Partimos de la base de que este material no puede ser encasillado dentro de una poética o género único, sería un error considerarlo estrictamente un drama, ya que sus procedimientos lo desbordan como tal. Por consiguiente debemos considerarlo un “híbrido”, donde se conjugan el drama, el absurdo, el humor y el melodrama. Esta combinación de géneros se encuentra sostenida por una serie de procedimientos que generan diversos universos ficcionales, que nacen y se cierran  permanentemente. Por consiguiente, estamos fuera del campo del realismo. Debido a lo expuesto, necesitábamos de un estilo que facilitara los diferentes juegos de representaciones y a la vez produjera todos los distanciamientos necesarios.  Ese estilo es el expresionismo, con su degradación y sus formas consideradas  “exageradas”.


Actuación

Si como se dijo, no es el realismo el espacio que configura y que contiene al material, la actuación se apoyará en el expresionismo, es decir, cada personaje  poseerá una serie de acciones y gestos ampliados que lo identificará y encuadrará dentro de ese universo.  Las expresiones y gestualidades constituyen un punto fundamental en la elaboración actoral. Cabe destacar que se romperá con la cuarta pared, interpelando a los espectadores, se generarán además una serie de apartes y de distanciamientos que estructurarán a cada microcosmos ficcional. Es decir, los actores crearán una secuencia ficcional, donde se distanciarán de ella para pasar a la siguiente.
Se puso especial énfasis también en lo difuso de los vínculos y en no regular y encuadrar a las relaciones que se generan entre los personajes. Es así como por ejemplo la relación que mantienen Irma y Carmen, atraviesan diferentes instancias: de jefa y empleada en el sentido más estricto, de complicidad y desconfianza, de dominación y necesidad, de seducción, etc.

Escenografía


Si bien el autor plantea un sistema escenográfico amplio y específico, nos parecía conveniente alejarnos de esta propuesta para otorgarle mayor flexibilidad a la puesta.  Utilizamos cuatro practicables de madera que poseen diferentes compartimentos donde los actores pueden guardar y quitar accesorios y parte del vestuario. Utilizamos también un espejo, cuyos vidrios se encuentran fragmentados, para que la imagen que devuelva sea irregular e imprecisa. Todo esto dentro de la estética expresionista, es decir, con una configuración geométrica y angulosa. Dichos elementos serán desplazados por los actores ordenando y dividiendo el espacio escénico de acuerdo a las diferentes instancias que se presentan dentro y  fuera del burdel.
Los actores se subirán, sentarán y pararán en los practicables, aumentando las posibilidades de expresión y generando diferentes niveles. Para brindar algunos ejemplos de su uso, tomemos por caso, el cuadro décimo cuarto donde los cuatro practicables unidos emularán al balcón de la casa de citas, sobre ellos se asomarán a la multitud (en este caso considerado el público que asista al espectáculo) los personajes constituidos ahora en figuras de poder. En el segundo cuadro se emplazarán para construir la sala de un tribunal donde el personaje de El Juez interrogará a La Ladrona.
La historia transcurre en dos espacios específicos, el primero los salones del burdel y el segundo, las afueras del mismo, es decir, la calle, donde se desarrolla la rebelión. Para este segundo espacio sumamos bolsas de arpillera rellenas de telgopor que simulan ser barricadas que rodean la ciudad.

Vestuario

 
Se buscó que el mismo no fuera una de espectacularidad tal que alejara la propuesta de artificialidad y degradación que presenta el material. Recordamos que es el burdel el que provee el vestuario y accesorios para que se desarrollen las sesiones. De esta forma el traje de El  Juez, El Obispo y El General, no son más que atavíos que posee la casa y que los clientes usan. Para estos casos fue conveniente alejarse también del realismo, buscando la exageración de los mismos. Si tomamos como ejemplo el personaje de El General, sus borceguíes y su saco superan ampliamente la estructura corporal del actor que lo interpreta, posee una cantidad excesiva de condecoraciones y su sable no es más que uno de cotillón.
Todos los vestuarios, a excepción del que posee el personaje de El Obispo y de pequeños detalles que posee el personaje Mujer Caballo, se encuentran dentro de la gama de colores opacos, marrones y claroscuros.  

Iluminación


La iluminación se encuentra alineada a la idea de artificialidad que, como dijimos, presenta el material. En muchos momentos utilizamos iluminarias sin gelatinas, bañando el espacio o generando recortes muy puntuales. Las mismas también configuran imágenes o figuras sobre el escenario. Podemos citar como ejemplo, el cuadro sexto  en el que se encuentran Irma y El Jefe de Policía, donde se dibuja sobre el escenario una cruz. Los colores cálidos y fríos son aportados por una serie de 6 leds ubicados, especialmente para este espectáculo,  como contraluces muy visibles para el espectador. Los mismos también bañan toda la escena, funcionan de forma independiente o se combinan con las iluminarias sin gelatinas.

Música


La música es una parte fundamental de la obra, compuesta especialmente, quisimos que la misma generara variados climas: de intensidad, presión, oscuridad y también de ritmo. Se enmarca dentro de lo orquestal, donde predomina el uso de cuerdas, aportando potencia a cada una de las situaciones.

Maquillaje

El mismo se encuentra fuera del realismo. Todos los personajes poseen una base de color blanco, donde se marcan de forma muy tenue, el contorno de ojos con sombra negra. Para el caso de los personajes de El Obispo, El Juez y El General, se intensificó el sombreado de ojos y se remarcaron las cejas, aumentando de esta forma la expresión.  No quisimos trabajar con las típicas configuraciones en el rostro de las prostitutas, por tal motivo nos alejamos del rubor, las pestañas postizas, el sombreado de párpados, etc. Todos los personajes femeninos solo poseen los labios pintados, también de una forma muy tenue.
Como dijimos, al encontrarnos dentro de una estética expresionista, los colores son más apagados y lineales.




Daniel Godoy